En “Juegos de la Edad Tardía” y en “Hoy, Júpiter”, el escritor Luis Landero atribuye a dos de sus personajes un pasado falso, pero que aparece retratado en fotografías trucadas: Gregorio Olías, que en la primera novela se hace llamar “Augusto Faroni”, posa en destinos lejanos, como los polos o las selvas amazónicas; en la segunda, uno de los protagonistas aparece retratado creo que en París, ciudad en la que nunca ha estado. Para ello, los dos personajes acudían a un estudio fotográfico, montaban el decorado que correspondiera y se dejaban fotografiar para, más tarde, impresionar a mujeres con su vasto conocimiento del mundo, y para construirse una vida impostora que lucir por ahí.
A mí, esta semana me ha pasado algo parecido. Como sabrá quien me leyera el pasado lunes, mi columna anterior la escribí en Ecuador, país al que viajé por trabajo. Con objeto de hacer el trayecto por el camino más económico posible, salí de Madrid hacia Londres y de allí, en vuelo directo, hasta Quito. Mi viaje de regreso coincidió con la erupción del volcán islandés, que cerró a cal y canto el aeropuerto de Heathrow y, claro, impidió que mi vuelo despegara para regresar a casa desandando el mismo camino que me había llevado a América. Me fue imposible encontrar asiento en un vuelo alternativo, porque todas sus plazas ya habían sido reservadas por otras personas que, en mi misma situación, se me habían adelantado. Hubo, entonces, muchos viajeros que consiguieron billete para regresar a Europa vía Madrid (el vuelo transcurre por el Atlántico Sur, ruta que permaneció abierta) y, desde aquí, desplazarse ya por algún otro medio de transporte hasta su destino en Bélgica, Francia, Alemania, o en la misma España.
Por tanto, me alojé un día de más en un hotel de la capital ecuatoriana a la espera de que la situación climatológica mejorase. Como no fue así, no se fletaban más aviones y, además, las previsiones anunciaban que el volcán continuaría arrojando cenizas cada día con más intensidad, la empleada de la línea aérea que me atendió en el aeropuerto me sugirió regresar a España viajando hacia el Oriente. La señorita tecleó unos datos en el ordenador y me ofreció la posibilidad de subir hasta Dallas y, de allí, tomar un vuelo que me dejaría en Auckland (Nueva Zelanda) dos días después. A sus espaldas había un mapa del mundo colgado en la pared, que me sirvió para apreciar la magnitud del viaje de retorno que podía emprender. Acepté ese billete, y aparecí en Texas unas horas después.
La capital texana tiene poco que visitar, como no sea el lugar en el que asesinaron al presidente Kennedy. Fui para allá en un taxi y, en sus proximidades, pedí a un hombre vestido de vaquero que me tomase una foto.
El vuelo de Dallas a Nueva Zelanda salió con retraso y me llevó varias horas. Llegué agotado y el siguiente, hacia Sidney, salía solamente 5 horas más tarde, así que me acomodé en unos asientos libres de la sala de espera y me dormí un rato. Antes, un español que se casó con una maorí hace 10 años me retrató en la sala de embarque ante un avión de Air New Zealand. Vuelo hacia Australia, y de allí a Nueva Delhi, casi siempre durmiendo, despertándome sólo con las turbulencias y con las visitas de los auxiliares de vuelo con las bandejas de comida.
Desde el aire se valora la magnitud inmensa de la ciudad de Nueva Delhi. Viven en ella 14 millones de habitantes y la pobreza inunda sus calles, pero a la vez se respira tranquilidad y paz, todo el mundo parece sosegado a pesar de que aparece repleta de gente que malvive. Vuelo a Estambul y duermo en un hotel cercano al Gran Bazar. Me levanto temprano, porque dispongo de 6 horas hasta mi vuelo a Madrid. Le pido a un taxista que, de camino al aeropuerto, me haga un recorrido rápido por la ciudad: visito la catedral de Santa Sofía, cruzo el Cuerno de Oro, la Iglesia de Pammakaristos. Al final de este montaje regreso a Madrid, cuando ya las cenizas del volcán han despejado el cielo. Ha sido una bonita y fantástica vuelta al mundo.
Me ha encantado tu viaje! Eres un crak, un saludo de Jota
ResponderEliminar¿pero todo eso que cuentas es verdad?, ¿diste tanta vuelta?, ¿no están las fotos superpuestas?. besos
ResponderEliminarMaaacho, la próxima vez dibuja también sombras para que quede más creible :). Muy bueno!!
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