Me acuerdo de que iba en el coche con mi madre, hace muchos años. Me llevaba al colegio, supongo, y llevábamos la radio puesta. Era 1984 y el locutor habló algo de la Ley de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas.
-¿Qué son las incompatibilidades? -le pregunté.
Y ella, para resumirme, me contestó:
-Que una persona no pueda estar en dos sitios a la vez.
Flipé en el primer momento, claro, porque pensaba que el don de la ubicuidad no necesitaba ley para impedir ejercerlo. Al ratito me explicó con más detalle, y me puso algún ejemplo de algún conocido que tenía dos puestos de trabajo en dos dependencias distintas de la Administración Pública, a los que acudía simultáneamente todos los días en el mismo horario. Y, obvio, me pareció bien que se le prohibiera:
-¿Que Fulanito trabaja en el hospital de tal y cual y a la misma hora está pasando consulta en tal otro sitio?
El legislador, sin embargo, dejó la puerta abierta para que él mismo (el propio legislador) fuese una de las excepciones contempladas en la ley: un diputado nacional puede ser el alcalde de su pueblo, y el alcalde de mi pueblo puede ser diputado regional.
La alcaldesa de Ciudad Real, (al igual que el alcalde que tuvimos antes, que era también senador) compatibiliza desde hace muchos años su edilato (si de líder, liderato, de edil, edilato) con el puesto de diputada en las Cortes Regionales. Creo que ahora renunciará a este puesto para irse a Madrid (irá de número 1 y saldrá elegida seguro: tristemente, la duda electoral en provincias como la nuestra es saber cuál sacará 3 escaños y cuál otro 2: si el PP o el PSOE).
Cobrará dos sueldos, aunque creo que uno de ellos lo cederá al partido. Votará lo que se le imponga desde la disciplina de voto de su grupo parlamentario, y ay de ella cómo se equivoque de botón y pulse el de no cuando era un sí, o a la versavice.
Votará entonces de oídas, sin conocer en profundidad los asuntos que se tratan, porque asumo que se dedicará sobre todo a Ciudad Real y no tendrá tiempo de asistir a las comisiones parlamentarias que discuten las leyes antes de aprobarlas.
Pero así sucede con otros, oyes, no sólo es nuestra alcaldesa ni es sólo su partido: la cito a ella porque la tengo próxima y me parece mal que desempeñe dos cargos. Pero en todas partes cuecen habas.
Admiro a estos hombres y mujeres tan capacitados, mucho más que nosotros, mortales comunes, porque ellos exprimen el tiempo y sacan 40 horas de un día de 24 para dedicar 20 a un cargo y 20 al otro, insomnes, siempre en vigilia. ¡Viva el legislador! Como decían en Amanece que no es poco: ¡Alcalde, eres el munícipe por antonomasia!
Si es por cercanía podrías haber seleccionado al profesor de universidad pública que trabaja en pública y privada, se pasa por una, pasea por otra a medio gas, no?. Estando, por supuesto, totalmente de acuerdo con tu post.
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