Una foto aleatoria

Una foto aleatoria


(Foto de )

Una frase aleatoria

(Cita de )

miércoles, 6 de mayo de 2009

Luarna


 Una vez le oí decir a la hija de Pepe Isbert, ese pequeño gran actor que rezumaba humildad en todos sus papeles, que “la felicidad no consiste en realizar los ideales, sino en idealizar las realidades”. Apunté la frase en un cuaderno que actualizo cuando encuentro una frase que, en el contexto en el que la leo o la escucho, me parece que encierra algún tipo de conocimiento o enseñanza. Tengo frases de grandes escritores, algunas de las cuales he ido dejando caer en estas cincuenta y seis columnas que llevo aquí escritas a fecha de hoy, y tengo otras encontradas en la calle en alguna pared, y otra incluso que hallé escrita a rotulador en el interior de la puerta del cuarto de baño del bar Cripta y Villa, hace muchos años, y que ya es extemporánea porque hacía referencia a la obligatoriedad de la mili y del servicio civil sustitutorio y que, precisamente por este anacronismo, no tendré oportunidad de reproducir en estas páginas porque ya no existe la exigencia de presentarse a cierta edad en la caja de reclutas, ni de pedir prórrogas por estudios u otras circunstancias, ni de hacer ese primer viaje fuera del nido paterno que tan bien nos venía: «Ni civil ni militar, el servicio p’a cagar», había escrito su autor, añadiendo entre la “pe” y la “a” el apóstrofo y todo. 

Volviendo a la frase inicial de la señora o señorita Isbert, ocurre que la actitud de uno es en efecto decisiva para afrontar lo que a uno le va viniendo. Durante años he formado parte del jurado de un certamen literario de relato breve que se organiza en la universidad, y he descubierto con asombro que hay mucha gente que escribe, personas que, como dice Aline Petterson, una escritora mexicana, viven con su creación literaria aventuras en otros mundos además de en el suyo. “Escribir es vivir”, dijo José Luis Sampedro, y así lo creo y, como tanta gente, también escribo yo ocasionalmente, habitando en el mundo de la ficción. No sé si fue Balzac el que lloró cuando, en las últimas páginas de una de sus novelas, describió la muerte de uno de los personajes que le había acompañado durante meses de escritura. 

En la mayoría de los casos, los textos que uno escribe no tienen otro destinatario que los familiares más próximos o los amigos más íntimos, o los anónimos miembros de los jurados literarios, que dejan sin premiar lo que normalmente uno considera que es bueno, aunque luego descubre que lo del premiado es mejor, porque hay gente que escribe muy pero que muy bien. Se escribe, por tanto, con la sapiencia de que se compartirá con poca gente el mundo inventado, aunque siempre existe el deseo de vivir del cuento, de vivir de la escritura. Reconforta, sin embargo, la posibilidad de que un tercero y desconocido te lea, de dejar el texto en un sitio y que venga alguien y lo tome y lo disfrute. 

Ahora, en plena crisis, Antonio Quirós, responsable de una empresa del ramo informático, ha creado Luarna.com, una editorial digital, que vende por Internet narrativa y textos informáticos especializados. A través de un amigo común nos pusimos en contacto; le envié “Fuera de ningún sitio”, una novela que tengo en el cajón (realmente una metáfora del disco duro) y, poco tiempo después, me contestó con un correo electrónico en el que se mostraba encantado de incluirla en su fondo editorial. Alguien, además, le había realizado algunas correcciones, había resaltado alguna frase inacabada y detectado alguna incongruencia (como utilizar el nombre de un personaje cuando en el contexto se hablaba de otro). Ahora parece que, como Umbral, “he venido aquí a hablar de mi libro”, y acaso es así, pero a la mata que salto es a la de las iniciativas sencillas, como ésta, que hacen uso de las nuevas tecnologías para entrar en una línea de negocio y crecimiento no muy explorada, como la edición digital. Luarna no vende libros en papel, sino que envía de inmediato al comprador la obra comprada en un fichero electrónico, que puede ser leída en el ordenador o en otro dispositivo ad hoc, reduciendo los costes de producción y de adquisición, y haciendo frente, con el bajo precio de venta al público, al pirateo y a las copias cuya legalidad hay quien cuestiona. 

Luarna confía, por un lado, en la calidad del producto que ofrece, que pasa un filtro previo de revisión antes de ponerlo a la venta (no es, entonces, una imprenta bajo demanda, como Lulú.com), pero también en la eclosión que ha de llegar de los e-readers, “portalibros” de tecnología de tinta electrónica que aun no se han implantado demasiado en España, pero de los cuales sí se han vendido cientos de miles de unidades en otros países. 

(Publicado en El Día)

3 comentarios:

  1. Sí que da gustito escribir, sí, pero hay que ver lo que cuesta escribir bien y en condiciones.

    ResponderEliminar
  2. Desde luego. "Arregostarse" (así, sólo para empezar) significa "Acostumbrarse, aficionarse, etc." ¿Tal vez quisiste decir "se arrebujó"?

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Anónimo segundo, por tu comentario. En el diccionario del español actual (Seco, Andrés y Ramos) también se define como "cogerle el gusto a algo". Voy más bien en ese sentido.

    ResponderEliminar