A través de meneame.net llego al sitio loquaciouslizzy.tumblr.com, en el que encuentro un post titulado One simple detail («Un simple detalle»), que resalta con un círculo rojo los ombligos imposibles de Adán y Eva, quienes fueron creados, como es bien conocido, de la nada (bueno, Eva a partir de una costilla de Adán: es sabido que por eso las mujeres tienen 24 y los varones 23). Como en ese sitio web no aparece el pintor que pintó ese cuadro, busco imágenes de Eva y Adán en Internet y descubro que el autor de este óleo sobre tabla es Albrecht Dürer, y que lo pintó en 1507.
Aparecen en la búsqueda otras muchas reproducciones de estos primeros seres humanos y se observa que la mayoría de los artistas (si no todos) han olvidado que tanto Adán como Eva debían carecer de ese vínculo característico con la madre que los parió: Lucas Cranach el Viejo, Rubens, Tiziano, Jan Gossaert e incluso el mismísimo Miguel Ángel, dibujan el circulito en el vientre de estos dos personajes. Es posible que, al terminar el cuadro, alguno de ellos observase el detalle y se lamentase del error (yo, desde luego, me lo callaría), o que alguien les advirtiese de su presencia (yo, desde luego, le pediría al descubridor que me mantuviese el secreto). Qué pereza corregirlo: ponte a quitar el óleo con algún disolvente y pinta luego encima.
A veces he visto otras erratas concienzudas, como la de esos operarios que, con sus plantillas y sus pinturas, escriben un gran SOTP en la calzada para advertir a los conductores de que deben detener sus vehículos en ese cruce, y tatuajes en los que también se ha burlado el orden de alguna letra.
Volviendo a los ombligos, también a través de meneame llego a un artículo publicado en la revista Journal of Medical Hypotheses, de la editorial Elsevier (una editorial muy seria en el campo científico) titulado The nature of navel bluff («La naturaleza de la pelusa del ombligo»), cuyo autor (Georg Steinhauser, de la Universidad de Tecnología de Viena) realiza un estudio empírico sobre 503 pelusas extraídas durante varios años de su propio ombligo, dando algunos datos como su masa media (1,82 miligramos), las causas de su formación y curiosas observaciones como que, por ejemplo, la pelusa tiende a desplazarse hacia arriba en lugar de hacia abajo.
En el resumen del artículo, Steinhauser hace referencia al libro Why do men have nipples – hundreds of questions you’d only ask a doctor after your third Martini («¿Por qué los hombres tienen pezones? Cientos de preguntas que sólo preguntarías al médico después del tercer Martini»), de M. Leyner y B. Goldberg (Editorial Three Rivers Press, 2005). Será una tontería pero, oyes, es cierto: ¿qué pintan esos dos puntos ahí en mitad de nuestro pecho?
Muy fácil...los pezones en los hombres son los restos de unos brazos que antaño utilizábamos habilmente para taparnos el ombligo y que no nos entraran las pelusas.
ResponderEliminarTodos sabemos que de acuerdo con la teoria creacionista, el dios todopoderoso creó a Adan y Eva a su imagen y semejanza.
ResponderEliminarLa existencia de ombligo de estos dos, puede que no se deba al vinculo con vientre materno (que nunca tuvieron -pobrecitos, con lo calentito que se está ahi dentro) si no a que el dios todopoderoso también tenía ombligo. Entonces díos si que nació de una mujer... sembrando las dudas sobre su naturaleza persistente.. e introduciendo la teoría de la evolución dentro del área de los dioses....
Otro día hablamos de la evolución de los diosses.. mientras tanto, echadle un vistazo a Zeitgeist
Pase a ver la imagen y me quede prendida en el blog.
ResponderEliminarInteresante tu articulo.
Gusto de encontrarte.
Saludos desde Bs As.