Dicen que la cara es el espejo del alma y que un grano no hace granero, aunque ayude al compañero. También dicen que el nombre que uno tenga lo marca a uno y le deja una impronta seria en su personalidad, y que no es lo mismo llamarse Manuel en España, Mohamed en Marruecos o John en los Estates que, no sé, Macario por ejemplo, en cualquiera de los tres países.
Por ver lo que pasaba, llamé a mis hijos Judas y Caín. Menudos cabrones se han vuelto.
Una foto aleatoria
Una foto aleatoria
(Foto 19 de 111)
Una frase aleatoria
(Un crítico taurino. La cita está tomada de un número de “La Codorniz” que ya buscaré. ¿El público, unánime, gritaba todo eso?).
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